jueves, 18 de septiembre de 2014

“Kryygi…Kryygimaî…” repercusiones en la prensa.


A partir de su lanzamiento a través de Internet (iniciado con un video subido a Youtube el 29 de agosto de 2014, al que le siguieron ubicaciones en espacios de audio y redes sociales), la guarania “Kryygi…Kryygimaî…” fue acogida con entusiasmo por distintos medios de comunicación.

La pieza musical remite a la historia de una pequeña
de aproximadamente dos años de edad, apropiada en 1896, hacia el sur del Ybytyruzú, por los matadores de su madre, quien llega más tarde a la Argentina, como criada y, por su condición de aborígen, objeto de análisis de la ciencia de la época. 


Cuando la niña tenia 14 o 15 años, pasó un corto período de encierro debido a su carácter indómito y presa de una enfermedad, murió en 1907 y sus restos fueron conservados como material de estudio, hasta su restitución al pueblo Aché de Ypetimi (Caazapá, Paraguay), transcurridos más de cien años, en 2010 y 2012.


Con letra de Jorge E. Padula Perkins y música de Rodrigo Uriarte Stottuth, esta guarania pretende ser un sentido homenaje a esa muchacha, que entre sus apropiadores fue “Damiana” y para su gente es Kryygi (tatú de monte)…. y por siempre Kryygimaî (en tanto maî remite a la muerte).

Su versión original fue interpretada y grabada por Nery González Artunduaga y Rodrigo U. Stottuth.


Tal como puede apreciarse en las imágenes (que solamente son una muestra y no agotan las publicaciones existentes), distintos medios en línea o en papel, llevaron a sus públicos la historia y la letra de la guarania, al tiempo que incluyeron el video, el audio o un enlace a ellos.


Kryygi…Kryygimaî…

Carita tierna y ojos de miedo en un mundo nuevo.
Ya de dos años, parida en sangre de madre muerta;
sobreviviente de la matanza de sus ancestros,
niñez robada a los sueños puros de un alma buena.

Más de cien años su vida y muerte fueron destierro,
hasta el regreso definitivo que le dio calma.
Pájaros cantan en el entorno actual de su cuerpo
y vive su alma en la tierra plena de sus ancestros.

Kryygi…Kryygimaî…
regresa al pueblo de, su linaje de Ypetimi.
Tiene en la muerte vida, más plena que en su vivir.
Kryygi…Kryygimaî…
Tatú de monte vuelve, a la tierra del guaraní;
Aché la sangre y Aché, los huesos en devenir.

Dudas y penas, cargó Damiana en todo el tiempo;
mirada esquiva en el desarraigo y en la vergüenza.
Desnuda su alma y en ocasiones también su cuerpo,
ante miradas que sin pudores decían ser ciencia.

Moderna esclava fue la Damiana en todo momento.
“India guayaki”, raza observada y muchacha sierva;
mezcla perversa de servidumbre y experimento,
que hasta sus huesos siguió humillando después de muerta.

Kryygi…Kryygimaî…
regresa al pueblo de, su linaje de Ypetimi.
Tiene en la muerte vida, más plena que en su vivir.
Kryygi…Kryygimaî…
Tatú de monte vuelve, a la tierra del guaraní;
Aché la sangre y Aché, los huesos en devenir.

La libertad para amar la vida, pagó en encierro
y su impotencia arañó paredes por esa afrenta.
Así la muerte, que llegó en tisis, quebró su cuerpo,
librando su alma más no sus huesos, tras de las puertas.

Más de cien años su vida y muerte fueron destierro,
hasta el regreso definitivo que le dio calma.
Pájaros cantan en el entorno actual de su cuerpo
y vive su alma en la tierra plena de sus ancestros.

Kryygi…Kryygimaî…
regresa al pueblo de, su linaje de Ypetimi.
Tiene en la muerte vida, más plena que en su vivir.
Kryygi…Kryygimaî…
Tatú de monte vuelve, a la tierra del guaraní;
Aché la sangre y Aché, los huesos en devenir.


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